Mi mejor amiga… la muerte (cuento)

viernes, 12 de agosto de 2016

Mi mejor amiga… la muerte (cuento)


Mi mejor amiga… la muerte (cuento)
Desperté de mi profundo ensueño en medio de una noche especialmente fría y oscura, abruptamente tras los golpes enérgicos en la puerta de mi habitación.



Despierto de mi profundo ensueño en medio de una noche especialmente fría y oscura. El sonido hueco de la madera me hace despertar… tocan a la puerta de mi habitación… algún visitante que a deshoras viene a saludarme seguramente,  pero al recobrar la lucidez recuerdo que ese visitante es ella.

Yo se que ella me visitaría hoy, y que no podría negarme a su visita, porque de ella escapar es imposible, no importa que tanto trates de evitarla, que tanto trates de huir de ella, nunca podrás correr ni esconderte, no importa lo que hagas, ella siempre te encontrará; irremediablemente le abrí la puerta y ella hace su entrada, hermosa y elegante como es ella, porque ella es hermosa, aunque su rostro sólo es una ilusión tras el cual esconde la forma más horrible e impactante posible. Ella llega en su representación clásica, hermosa y atractiva a la vista, entonando su canto de ruiseñor con su voz suave y seductora, esparciendo su canto por toda mi habitación y pronunciando mi nombre, Arturo Rodríguez, ese es mi nombre, y ella cantando repite, Arturo Rodríguez en un vaivén alucinógeno de pesadillas  demoniacas, demonios soñando en  sus aposentos infernales, ella me llama guiándome hacia el abismo, hacia las puertas del averno, porque ella… ella es la muerte.

La luna llena es su cómplice. La luna llena que vuelve a la noche lúgubre y que entra por mi ventana con su luz tenue. Odio a la luna llena, y, ¡Cómo no odiarla! La miro con desprecio y ella me devuelve una mirada risueña, burlona, se burla de mi y casi puedo oír sus carcajadas, entonces la odio más y aunque debería odiar de igual forma a la muerte, es extraño pero a ella no la odio, como odiarla, cómo odiar a la que  puede convertirse en tu mejor aliada, ella, la muerte, en algún momento se convertirá en mi mejor amiga.
Noche oscura de luna llena en donde los muertos salen de sus tumbas, en donde los espíritus juegan a estar vivos, en donde los engendros más horribles e impensados, las que sólo viven en lo más profundo de tus miedos… cobran vida, noche de luna llena en donde la  muerte se vuelve tu aliada. Remembranzas aterradoras de un pasado negro llegan a mí en vagos recuerdos, me recuerdan mis pecados, atormentándome hasta lo más profundo de mi corazón, me hacen gritar de terror, un grito ahogado en un profundo silencio que sólo se escucha en el interior de mi alma perturbada. La luna llena brillante, perfectamente redonda que se burla de mi a través de la ventana, ahora es cubierta por nubes grises, cielo ennegrecido, se avecina la tormenta, un rayo cae partiendo un árbol en dos y arrancándolo de raíz, partiendo a su vez mi alma en dos y arrancándome las ganas de seguir viviendo, camino con mi cuerpo enclenque,  tambaleándome, arrastrando mis pies sobre la alfombra húmeda, helada y aterciopelada, la brisa hace entrar la lluvia, se desata la tormenta, el agua sobre mi cuerpo arde, quema mi piel, cálida lluvia de fuego de una noche roja como la sangre misma, se acerca el fin.

No hay mucho que hacer cuando se acerca el fin, sólo puedes sufrir mientras las llamas del infierno acarician tu piel, te abrazan y consumen, entonces la muerte se convierte en tu mejor amiga.


Gotas de sangre brotan de dos heridas perpendiculares en mis brazos, la sangre se abre paso como mostrándome la verdad, venas desgarradas, el afilado cuchillo resbala de mis manos ya sin fuerzas y caigo de rodillas sobre un rio de sangre, por fin llega la calma, se va la tormenta y mis recuerdos,  ya no siento frio ni calor, no siento miedo, no siento nada, cada uno de mis sentidos se apaga, escucho nuevamente el llamado seductor de la muerte y caigo de nuevo en un profundo ensueño del cual no podré despertar nunca más.