Otra historia de "pregúntale a Charlie"
Otra historia de “pregúntale a Charlie”
La verdad, no se si los acontecimientos de aquella tarde tienen algo que ver con “pregúntale a Charlie”, o todo es producto de la casualidad, pero todo ocurrió después de que esa chica jugara el ya popular juego.
Aunque no era la primera vez que lo jugaba, de hecho Rebbeca (como llamaré a la chica, este no es su nombre real), aseguraba que ella pertenecía a una familia de larga tradición de brujas. Su bisabuela materna perteneció a una secta de brujas Wicca, secta que ella conocía, frecuentaba, y tenía muchas amigas allí.
Su madre era practicante de magia negra y blanca, aunque esto no me costa, simplemente ella lo decía, de hecho en muchas ocasiones, amenazaba a los compañeros con echarles una brujería o maldición, a mi mismo me amenazó en una ocasión, porque no quise prestarle un lápiz de color, aunque esto lo decía con una sonrisa en sus labios, era de suponer que estaba bromeando.
Yo coincidí con ella en dos años en el colegio. En segundo año, y luego en cuarto año, así que puedo decir que la conocía muy bien, era una chica muy linda, cariñosa, amigable, un poco alocada y soñadora, proveniente de una familia muy humilde, ella tuvo durante los años de colegio que hacer verdaderos esfuerzos para poder cursar los estudios. Vivía en una aldea muy alejada de la ciudad, de difícil acceso, y tenía que levantarse todos los días a las 3 am para poder llegar a tiempo a clases, era difícil no admirar su determinación, por eso siento mucha pena por lo que le pasó.
Rebbeca empezó a jugar a “pregúntale a Charlie” con algunos compañeros, invitó a muchos, los cuales aceptaron, otros no quisieron jugar, y como siempre ella amenazó con decirle a Charlie que ellos no quisieron jugar con él, aunque siempre con una sonrisa en sus labios.
Todos los días Rebbeca y un grupo de jóvenes se reunía en la parte posterior del instituto para jugar a “pregúntale a Charlie”, algo que se hizo habitual por más de dos semanas seguidas.
Después de un tiempo los juegos cesaron. Los chicos se mostraban nerviosos, aterrados, salió a relucir que durante el juego de pregúntale a Charlie había ocurrido algo muy extraño, que muchos de los chicos aseguraban haber visto una presencia en la noche en sus cuartos, un pequeño niño que se escondía en su armario o bajo su cama.
Rebbeca empezó a faltar al colegio, durante una semana la vi sólo en dos ocasiones, hasta la tarde de ese jueves.
Ella fue al colegio, sin embargo ya no era la misma. Se había convertido en una chica retraída, callada, toda esa alegría característica de ella se había marchado, algo así como si un gran cansancio pesara sobre sus hombros. Ese día era jueves me acuerdo, eran casi las 4 de la tarde, habíamos salido de clases de matemática, y yo estaba con un grupo de amigos hablando en la puerta del colegio, cuando vimos que un carro de emergencias médicas entró a toda prisa por el garaje. Rápidamente fuimos a averiguar que pasaba. Resulta que en la parte trasera del colegio estaba Rebbeca, en el tercer nivel del edificio, amenazando con lanzarse al vacio. Estaba muy nerviosa y temblaba, decía entre gritos y sollozos que lo alejaran de ella, y también podía escuchar como los profesores trataban de calmarla diciendo que allí no había nada.
Finalmente los paramédicos la lograron persuadir para que fuera con ellos.
A la fecha de hoy Rebbeca sigue internada en un psiquiátrico, dice que alguien la persigue, un niño se le aparece en las noches, con lápices en las manos le pide que juegue con él. Ella dice que es Charlie quien la atormenta, la visita, le pide jugar con ella, ella dice que fue el fantasma de Charlie quien la volvió loca.
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